1. Facilita la comunicación con lo trascendente.
2. Purifica cuerpo y mente, alma y espíritu.
3. Elimina los pensamientos obsesivos y negativos.
4. Mantiene la mente alerta.
5. Nos acompaña en la soledad, en nuestros momentos mas íntimos.
6. Trae paz en el ajetreo diario.
7. Cuando abunda, no cansa.
8. Cuando escasea, un poco también satisface.
9. Aún almacenando mucho tiempo, mantiene su aroma.
10. Usarlo diariamente no hace daño.
Recopiladas por un monje zen del s. XVI