Desde tiempos inmemorables, los olores han despertado la curiosidad y profundo interés de los hombres, el sentido del olfato es extremadamente sensible a la variedad de aromas que flotan en el ambiente, desde el olor de nuestra piel hasta el olor de los objetos cercanos a nosotros, el olor de la lluvia y las flores, los intensos aromas del bosque y el mar, todos ellos nos conectan, de forma ya sea consciente o inconsciente, con todo tipo de estados emocionales.
Y esta es precisamente una de las cualidades más grandiosas del incienso, la de conectarnos por medio de sus perfumes “de humo” a un sinfín de sensaciones que se pueden aprovechar ya sea en el nivel creativo, terapéutico, estético, sexual, erótico, etc.